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Templete para la Constitución Nacional de 1853

Voy a contarles algunas cosas de las que me siento orgulloso y comienzo por esta. Cada vez que un Presidente camina por este lugar y se acerca a saludar a la Constitución, previamente a ingresar al Recinto de la Cámara de Diputados de la Nación para dar su mensaje de apertura del año de sesiones legislativas, recuerdo lo que hice con mucha alegría. Hubo una época en que el Salón Azul del Senado de la Nación Argentina fue un reducto exclusivo de ciertas ceremonias. Luego se fue convirtiendo en epicentro de imporantes actividades ciudadanas. Lo que aún es más importante es que fue el lugar de emplazamiento permanente del templete que contiene el manuscrito original de la Constitución Nacional sancionada el 1º de mayo de 1853. Proceso del que participe activamente liderando las acciones en el marco de la gestión del Sr. Presidente del Senado Daniel Scioli y teniendo en cuenta el proyecto de ley 2345/02 presentado por los senadores nacionales Juan Carlos Maqueda (hoy Juez de la Corte Suprema de la Nación), Miguel Ángel Pichetto, María Cristina Perceval y Beatriz Halak, cuyos fundamentos expresaban que “La Constitución no sólo es la ley fundamental sino que es también un símbolo patrio que representa los ideales de nuestra nacionalidad como tal, debe ser conocida y respetada por argentinos y extranjeros de la misma forma que lo hacemos con la bandera, la escarapela y el himno nacional».

Los fundamentos de dicho proyecto también establecen que “La Constitución no sólo es la ley fundamental sino que es también un símbolo patrio que representa los ideales de nuestra nacionalidad y como tal, debe ser conocida y respetada por argentinos y extranjeros de la misma que lo hacemos con la bandera, la escarapela y el himno nacional.” Además, los fundamentos establecen que “Los textos originales de nuestra Constitución se encuentran actualmente depositados en la Secretaría Parlamentaria del Honorable Senado de la Nación, sin que el público tenga acceso a los mismos. Para hacerlos conocer es que por ley 12.632 se encomendó a la Comisión Administradora de la Biblioteca del Congreso la impresión de una edición facsimilar de la Constitución y sus reformas de 10.000 ejemplares, como se había hecho en los Estados Unidos de América, según refiere el senador Palacios al presentar en la sesión del Senado del 28 de julio de 1938, el proyecto de dicha ley.»

La gestión efectuada por el Presidente Scioli para crear el Templete, tenía el antecedente de que en 1991 los diputados nacionales Jorge Gentile, Héctor Gatti y Eduardo González habían presentado un proyecto de ley de características similares, que tampoco, como el anterior citado del Senado, había alcanzado sanción.

Teniendo en cuenta los informes del Departamento de Conservación y Restauración de la Dirección de Museo Parlamentario del Congreso de la Nación, se estimó necesaria la construcción de un templete que garantizara condiciones de conservación, ya que los materiales bibliográficos, por estar compuestos de materia orgánica, son intrínsecamente perecederos y requieren condiciones especiales para su preservación. Con este fin, se invitó a reconocidos especialistas en conservación y restauración a presentar su propuestas. Además, la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos de la Secretaría de Cultura de la Nación y la División Scopometría de la Policía Federal Argentina presentaron informes periciales sobre el estado en que se encontraba el manuscrito, a partir de lo cual presentaron recomendaciones para asegurar su correcta conservación.

El manuscrito original de la Constitución Nacional firmado por todos los legisladores que la sancionaron, está inserto en el llamado “Gran Libro de Acuerdos, Leyes y Decretos del Congreso General Constituyente” que durante muchos años estuvo preservado dentro de una caja fuerte de la Secretaría Parlamentaria del Senado. Según informa el Dr. Jorge Horacio Gentile, en 1976 se le reemplazó la encuadernación en tela por otra de cuero y en 1993 “fue restaurado, se le hizo un “lifting” – como lo llamó la prensa de la época – en el sexto piso del Edificio de Alsina 1825, bajo la responsabilidad de las restauradoras Alejandra Aballay y Alejandrina Guedes.

El Gran Libro es, en realidad, un libro de comercio de hojas rayadas, de uso común en el siglo XIX para asentar las actas de las sesiones. Tiene un peso de alrededor de nueve kilogramos y según el informe técnico de la División Scopometría de la Policía Federal de fecha 2 de mayo de 2003, su estado general de conservación no era óptimo y las tintas utilizadas correspondían al tipo de las ferrogalotánicas. Por este motivo, enfatizando el carácter único de este documento histórico, se recomendó que la obra no fuera expuesta, ya que de otro modo, el oxígeno provocaría una oxidación acelerada que conllevaría al inexorable deterioro del papel. Esta opinión fue compartida por los especialistas en restauración de papel dependientes del Departamento de Conservación y Restauración del Senado y por otros especialistas externos, quienes coincidieron en que ese tipo de tintas son altamente vulnerables a la luz.

Además del manuscrito original de la Constitución Nacional, el templete también debía contener los originales de los pactos pre-existentes y de la Constitución de 1994. Este hecho produjo la necesidad de contener dichos originales en templetes o vitrinas separads porque los materiales de los documentos se manifestaban como física y químicamente diferentes y cada uno de ellos demandaba un cuidado especial.

De manera tal que se aprobó el proyecto final para la construcción de un templete único, que cumpliera las tres funciones de exhibición del manuscrito original de la Constitución de 1953 y almacenamiento de los originales de los pactos pre-existentes y de la Constitución de 1994, ajustándose estrictamente a los parámetros internacionales para la conservación de las colecciones y que incluyera todas las medidas precautorias de seguridad recomendables para las instituciones que albergan patrimonio cultural.

La construcción del templete debía cumplir rigurosos requisitos para la buena conservación de tan preciados bienes:

  • Evitar manipulación y el contacto accidental de los objetos.
  • Reducir la amenaza de robo y vandalismo.
  • Detener el acceso de plagas.
  • Impedir el ingreso de polvo y otros contaminantes.
  • Amortiguar los efectos de oscilaciones de temperatura y humedad relativa.
  • Controlar la acción de las radiaciones visibles, ultravioletas e infrarrojas.

Con el fin de aunar criterios para la construcción del templete sobre la base de las recomendaciones de los especialistas, se llevaron a cabo reuniones con los siguientes asistentes:

Por el Honorable Senado de la Nación:

  • Roberto Reale, Asesor del Presidente y Coordinador del Plan de Fortalecimiento Institucional
  • Leandro Larrosa, Director General de Imagen Institucional
  • Ignacio Méndez, Director de Relaciones Institucionales
  • Juan Carlos Damico, Coordinador de Cultura
  • Estela Masjoan, Directora del Museo Parlamentario
  • Claudio Demetrio, Subdirector del Museo Parlamentario
  • Olga Besio, Jefa de Departamento Conservación y Restauración
  • Martín Althabe, Jefe de División Conservación Restauración
  • Marcela Vaamonde, Restauradora
  • Marcela Lombardi, Restauradora
  • María Cecilia Peruzzo, Restauradora
  • Juan José Reffo, Asesor de la Dirección General de Administración
  • Gabriel Paladini, Jefe de Dpto. de la Dirección de Administración

Por la Asociación Argentina de Derecho Constitucional:

  • Jorge Horacio Gentile

Una vez consensuadas las propuestas, se inició su construcción en el Salón Azul, que contó con la asidua visita de supervisión de las áreas del Senado comprometidas en este emprendimiento y de la Dirección de Museo Parlamentario, encargada de aprobar el trabajo.

Estructura Templete Constitución Nacional de 1853
Estructura Templete Constitución Nacional de 1853
  • Estructura de acero inoxidable.
  • Vitrina hermética para evitar la contaminación de elementos de polución del medioambiente.
  • Vidrios calzados en armazón de acero con caucho de silicona neutra.
  • Techo y base construidos con planchas de aluminio con alma intermedia de poliéster
  • Sistema de control de microclima (temperatura, humedad, presión atmosférica).
  • Cuna anatómica para cada uno de los libros, a fin de evitar posibles deformaciones.
  • Iluminación con fibra óptica, que no genera calor dentro del contenedor.
  • Sistema de alarmas y monitoreo.

Finalmente, el 14 de abril de 2005 se realizó la ceremonia de inauguración del templete erigido en el Salón Azul del Senado donde se exhibe el manuscrito original de la Constitución Nacional de 1853. En la oportunidad el Vicepresidente de la Nación y Presidente del Senado, Daniel Osvaldo Scioli, pronunció un breve discurso acerca de la importancia de la exhibición de la Constitución, como muestra de respecto hacia ella y hacia los próceres que la redactaron y nos legaron una verdadera visión de futuro, una fuente de progreso y libertad tan vigente hoy como en aquel entonces. También agradeció a todos los que contribuyeron para en la realización del templete, terminando con las siguientes consideraciones: “Argentina siempre salió adelante cuando se abrazó a los valores de la Constitución nacional: libertades políticas y civiles, derechos y garantías para todos y respeto a la vida. Ella fue la clave para que los hombres de buena voluntad del mundo aceptaran la invitación del Preámbulo para vivir aquí. Ella debe ser la inspiración de nuestro presente para forjar un futuro mejor”.

Templete del manuscrito original de la Constitución de la Nación Argentina
Templete del manuscrito original de la Constitución de la Nación Argentina

Inauguración del Templete, selección del discurso del Presidente del Senado de la Nación:

Con este acto, también la honramos y la ponemos en valor como alma de la Nación y también como Patrimonio Histórico de todos los argentinos.
El Senado es obviamente, un ámbito institucional de provincias donde se debaten ideas y propuestas de manera plural para legislar de acuerdo con los valores de la Constitución.
Pero también es un Patrimonio Arquitectónico común, un Museo, una Biblioteca, un espacio cultural y social y un recinto clave de nuestra historia.
Por todo ello, debe estar abierto a la sociedad; porque le pertenece y resulta indispensable para el prestigio y la calidad institucional.
Este emblemático Salón Azul recibió sólo el año pasado más de 50.000 visitantes que ahora tendrán un incentivo adicional para acercarse aquí.
Esta casa abrió sus puertas para que la transparencia no sólo permita admirar el original de nuestra Carta Magna, sino también toda la vida legislativa. Todas las acciones emprendidas con el consenso y la colaboración de los bloques, tienden a poner a la luz los debates, las votaciones, las comisiones, la información presupuestaria y administrativa.
Supimos desde el primer día que el fortalecimiento institucional lo lograríamos con las puertas y ventanas abiertas.
Como hacen las familias para ventilar sus casas, hicimos nosotros para oxigenar a esta institución vital de la democracia.

He aprendido que es necesario festejar y agradecer por las pequeñas victorias que vamos teniendo en la vida. A todos los que participaron de este éxito del que me siento orgulloso y a la Dra. Cristina Magee, muchas gracias.

— Roberto Reale

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